viernes 29 de marzo de 2024
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SALUD

Esperando el tiro de gracia…

No sé por qué, las mujeres tenemos la sensación de que los hombres no sufren por amor, mejor dicho creemos que no tienen ni padecen desamores; y nosotras somos algo así como “nacidas para sufrir y no ser correspondidas”.

 

 

Ayer me encontré con un amigo, un gran amigo de la infancia, de esos que en un par de segundos dejan ver su “radiografía emocional” y era la fiel semblanza de un hombre abatido por amor… rectifico: era la fiel semblanza de un hombre abatido por el desamor.

Después de un divorcio, de re-aprender a vivir solo, de repetir automáticamente el programa del lavarropas y de estar al tanto de lo que aumentó la compra del supermercado; casi cuando se estaba acostumbrando al silencio de esas eternas noches de depresión y replanteos, llegó imprevistamente y tomándolo por sorpresa su “segundo gran amor”.

Nuevamente se sentía un hombre pleno; la sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro, aparecieron las ganas de pasear, de conocer lugares nuevos, y como por arte de magia empezó a preguntar si las sábanas se lavaban en el mismo programa  que la remera de algodón…(canten conmigo: “Love is in the air”!!!!)

Dispuesto a todo y a no repetir errores, esta vez está “PRESENTE”. Llama, genera programas románticos, manda mensajes de texto, está…está…y quiere estar más…planifica, fantasea, le pierde el miedo a tener más hijos, siente…siente…y quiere sentir más…quiere caminar de la mano, quiere sentir el viento en su cara, quiere pensar en mañana, quiere…quiere…y quiere más…

Y un día también empezó a sentir que se estaba quedando solito. Sus mejores intensiones tenían diagnóstico reservado, su sensación de que esto sí era una pareja había cambiado en poco tiempo, y sus proyectos de “esta vez, es para toda la vida” tenían pocas posibilidades de sobrevivir…(incredible but real) también le sucede a los hombres y lo sufren de igual manera!!!

Las emociones están ahí…puestas sobre la mesa, a corazón abierto; el gran tema es qué hacemos con ellas.

Mira el teléfono, vuelve a mirar, comprueba que está encendido, y no suena…

Mira la foto, la que se tomaron juntos, y no puede entender…

Se descubre sensible, se siente vulnerable, necesita una palabra de afecto, le duele en el cuerpo la ausencia de una caricia, (de esa caricia que lo hizo sentir hombre) llora, y se fastidia al verse en un rol un tanto femenino…

En su cabeza  resonaron frases de otras historias amorosas y lo sugestionó el recuerdo de una novia de la tierna juventud, que al despedirse y apresada por su dolor disparó en tono amenazante: “Ojalá que alguien te rompa el corazón, como vos me lo rompiste a mí…”

Si es por un tema de deudas, ahora está “mano  a mano” con la vida; si es por un tema de amores, ahora sabe lo que es sufrir por la NO correspondencia; si es por un tema de orgullo, ahora aprendió lo que es despojarse de todo y mostrarse frágil y abatido; si es por un tema de dolor, ahora siente el desgarro; por un tema de géneros…tiene que pasar esto para que sepamos certeramente que ellos también sufren?

Mujeres: reflexionemos amorosamente. Hagamos sana autocrítica. Basta de regodearnos en el dolor de una ex pareja. Basta de plantear deliberadamente estrategias para que ellos sientan el rigor, basta de jugar con las revanchas, con el famoso “que sienta miedo de perderme”…

Déjenme seguir creyendo que “El amor no es sufrimiento; eso que te hace sufrir, decididamente no tiene nada que ver con el amor!”

alejandradaguerre@gmail.com   

 

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