sábado 20 de abril de 2024
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SALUD

“La vida es una moneda”

…Estaba en una de esas tardes en que la cabeza no da tregua…

Sintiéndome literalmente abrumada por millones de incipientes y burbujeantes ideas, me propuse salir a caminar; mejor dicho me intimé a hacerlo, como un oportuno remedio casero para “ventilarme en cuerpo y alma”; y así intentar poner una pizca de calma al vértigo que da tanto movimiento interno.

El día parecía estar en sintonía con la actividad de mi mente: todo se veía gris y amenazante…se avecinaba la tormenta, aumentaba la nubosidad, el noticiero daba alertas meteorológicas y mis pensamientos no se quedaban atrás…

Parece que cuando estamos confundidos, tristes, apocalípticos, sintiendo el peso de las venideras resoluciones; caminamos con andar cansino… Y así salí a mi caminata: “con la cabeza gacha”. Pero como la vida está llena de sorpresas, casi sin advertirlo entre las piedritas de mi camino taciturno, algo que brillaba cautivó mi curiosidad y me detuve.
Sí! Era una moneda que esperaba ser descubierta. Una moneda de fantasía, sin curso legal, pero que inmediatamente despertó mis otros pensamientos, esos que estaban sofocados detrás de la gran marea que mueve la confusión.

Era hora de reflexionar…yo solo estaba viendo una cara de la situación; y centrada en esa mirada parcial de la realidad, no encontraba solución posible, porque no enfocaba la totalidad de las cosas. Cara y ceca; cara y cruz; las dos caras de la misma moneda son la figura más simple para explicarnos cuán parciales podemos ser, y cómo la mayoría de las veces quedamos atrapados en la dificultad o el desánimo.

Supe ahí mismo que las polaridades están integradas dentro de la misma realidad: el día y la noche son partes de un ciclo, sin embargo depende de mi enfoque la manera en que yo los vivo. Hay veces que estoy “solar” y todo es óptimo y energizante desde el amanecer, la salida del sol funciona como un “botón de encendido”; otras veces estoy “nocturna” y la noche me cautiva porque cobija mis ganas de misterio, magia, silencio y romanticismo.
Sin embargo ambas figuras antagónicas, forman parte de la misma totalidad y se complementan, nos hablan del conjunto, de la mirada integradora.

Esa misma tarde aprendí que mi caminar apesadumbrado y meditabundo formaba parte de mi ser, tanto como mis caminatas de marcha eufórica y positivista. Gracias a ellas comencé a integrar mis estados de ánimo como parte de una totalidad. Yo soy de esas dos formas.

La sabiduría e historia popular nos hablan que las monedas son portadoras de buena fortuna, porque conllevan prosperidad y bienaventuranza. Yo puedo asegurarles que desde “aquella tarde gris” llevo conmigo mi moneda como si fuera un talismán. Podría decir que mi moneda no tiene curso legal porque es de fantasía, pero nunca podría decir que no tiene valor, porque a través de ella aprendí a re-enfocar, a saber que yo elijo en qué vereda pararme, y que las dos caras de la luna están integradas dentro de una misma realidad…y aprendí que de mí depende…

La vida es una moneda
quien la rebusca la tiene
ojo que hablo de monedas
y no de gruesos billetes

JUAN CARLOS BAGLIETTO

alejandradaguerre@gmail.com

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