sábado 20 de abril de 2024
17.6 C
Buenos Aires

SALUD

“El arte de ser responsable”

Es tiempo de cambiar! Es tiempo de animarse a dejar de lado algunas conductas agresivas y aprender a manejarnos con mayor responsabilidad: ya sea de nuestros propios actos, con nosotros mismos, con nuestro entorno más próximo, con nuestros compañeros de rutina laboral, con la sociedad…

Notaron como nos gusta responsabilizar al otro?

Notaron cuanto nos cuesta decir me equivoqué?

Notaron qué furia nos agarra cuando tenemos que reconocer nuestros errores y barajar las cartas nuevamente?

Pensaba en las veces que compramos un libro porque tiene un título prometedor y una edición impecable; y pasado el prologo ya nos damos cuenta que no es exactamente lo que estábamos buscando.

Por lo general tiramos la responsabilidad afuera; preferimos pensar que ese autor nos estafó, que la librería no nos advirtió del fiasco, y que si hubiéramos sabido de antemano, jamás invertíamos tiempo y dinero en esa lectura.

No sería más fácil hacernos cargo de nuestro error?

Pensaba en las veces que en un restaurant pedimos el plato del día, porque es promocional,  económico y tenemos muy poco tiempo; pero al probarlo tal vez nuestras pretensiones cambiaron, no lo encontramos todo lo delicioso que esperábamos, culpamos al mozo no habernos advertido, y nos vamos del lugar ofuscados, amenazando no volver ni recomendar nuevos comensales.

No sería más fácil hacernos cargo de nuestra elección?

Pensaba en nuestros romances, cuando nos enamoramos perdidamente del otro, y ponemos en él/ella todas nuestras expectativas. Pensaba en cuando convertimos a ese ser amado en un superhéroe o en una heroína de nuestro corazón, proyectando masivamente todo nuestro futuro (casa, magia, seducción, hijos…); y un día no responde como quisiéramos o elige simplemente tener también sus espacios propios.

Ese día -y obviamente en nombre del amor- nos ponemos déspotas, demandantes e instigadores de buenas respuestas, que calmen la caída de nuestros propios ideales, y amorticen de alguna manera la inversión afectiva que “tan generosamente y sin esperar nada a cambio” hemos realizado! Caramba…

Ahí queremos poner al otro “contra las cuerdas”, estableciendo el cumplimiento de un reglamento amatorio a nuestra medida, y esperar la jura por sobre las escrituras, que cambiará para complacernos, y renunciará (en contra de su voluntad) a tener sus propios espacios! Caramba…

No sería mejor que pensemos sobre nuestra visión tan proyectiva?

No sería más fácil jurarme a mí misma/o ser absolutamente sensata/o, libre, y amorosa/o a la hora de elegir?

Estoy convencida que no es necesario volver a la librería para hacer un verdadero escándalo porque el libro que me vendieron no me gusta, mucho menos demandar al autor. Estoy segura que descargar nuestra ira con el mozo del restaurant no sazona el próximo menú, ni mucho menos nuestro día; al contrario lo llena de disgusto. En la misma línea estoy llegando a la conclusión que yo también participo en la elección del otro, y si algo de la relación no me gustara no tengo que culpar ni ser instigadora de disciplinas absurdas; solamente me debo conversar conmigo misma para hacerme cargo de mi elección y simplemente decidir si se ajusta a mis perspectivas.

Es tiempo de cambiar! Basta de escupir en la cara a los demás aquello que no nos gusta o simplemente no sabemos manejar. Aprendamos a masticar y digerir nuestras propias actitudes.

Yo me responsabilizo y te invito a RESPONSABILIZ-ARTE…así entre todos podemos aprender con arte a ejercer la responsabilidad!

alejandradaguerre@gmail.com

Te puede interesar