jueves 25 de abril de 2024
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SALUD

La problemática del dietante crónico

Las promesas del “cuerpo ideal” inundan las redes sociales cada vez en mayor medida. Invitan a restringir grupos de alimentos y esforzarse durante un lapso breve en pos de lograr un cometido que la mayoría de las veces no sucede ni se mantiene en el tiempo, generando dietantes crónicos que transitan dietas extremas sin resultados positivos. Sobre este tema, conversamos con la profesional Maia Glejzer, Licenciada en Nutrición y Docente de la Universidad ISALUD.

“La problemática del dietante crónico está íntimamente relacionada con la sociedad competitiva en donde estamos inmersos, constantemente preocupados por aquello que se ve y el modelo a seguir, por el cuerpo que anhelamos, que muchas veces no es el real ni el posible, y estamos constantemente poniéndonos a dieta, limitándonos o prohibiendo aquellos alimentos que muchas veces nos gustan o nos generan placer, sin pensar que aquello termina siendo lo más anhelado. Esto genera dietas a corto plazo que duran 1 o 2 meses donde la motivación es la suficiente pero luego, ese deseo de comer los alimentos prohibidos disminuye y genera el efecto contrario”.

Si nos detenemos en la comunicación por parte de los medios de comunicación masivos, podemos ver como diariamente publicitan productos que prometen resultados extraordinarios y que demonizan ciertos grupos de alimentos, generando mayor confusión en la población que no sabe qué es lo que está bien y qué es lo que no. Con respecto a este tema, la profesional expresó: “Hoy en día el exceso de información en las redes y estas promesas llevadas a cabo por personas que no son profesionales, generan adicción y un aumento de la ansiedad por la no obtención de estos resultados “prometidos”.

Esta información sin evidencia científica o que no está basada en bibliografía certera, no es adecuada para todo tipo de personas. Por eso, realizar un plan de este tipo puede ser peligroso para la salud en muchas ocasiones. Es fundamental el acompañamiento de un profesional que pueda adaptar el plan a las necesidades individuales de cada persona, porque la alimentación está muy relacionada con lo vincular y afectivo, entonces es clave hacerlo a conciencia y trabajado en conjunto, descubriendo como cada individuo se relaciona con la comida, qué es lo que le genera o lo que busca al ingerir ciertos alimentos”; “No es lo mismo si queremos simplemente alimentarnos que si queremos calmar la ansiedad, cierta angustia o si estamos aburridos”, explica.

Con respeto al camino más adecuado para llevar a cabo una vida saludable, la docente explicó: “Creo que la solución es realizar una alimentación consciente basada en alimentos reales donde se respeten los gustos, hábitos, la cultura, lo afectivo y hacerlo adaptado a las rutinas de cada uno, acompañado por el profesional en un primer momento, para lograr una mejora en las conductas alimentarias y poder avanzar, generando que el paciente pueda autoadministrar su propio tratamiento e ir aprendiendo a comer a través de las nuevas rutinas y hábitos, sin restricciones pero sí con un orden y alimentos de fácil acceso que puedan continuar en el tiempo, un camino largo pero duradero”.

Sobre aquellos profesionales de la salud que utilizan estos medios masivos para comunicar su trabajo, la Licenciada manifestó: “Muchos promueven información a través de redes que, al ser generalizada, genera confusión en quien la consume, por eso es importante tener mucho cuidado con el tipo de información que se comunica, ya que red social puede ser muy útil para algunas cuestiones como ideas de recetas o información basada en evidencia científica que motive, pero no es un lugar de venta con resultados que no siempre son iguales para todos”; “No es lo mismo si la persona vive sola o tiene hijos, si sabe cocinar o no, si está en su casa todo el día o vive en la calle por cuestiones laborales. Todo eso influye en el plan a seguir, por eso si bien la red social muchas veces es una herramienta muy buena para poder transmitir nuestros conocimientos, tenemos que saber hacerlo de una manera prudente, sabiendo bien qué es lo que está informando. Porque la solución no está afuera, ni en las redes, ni en una revista. Está dentro de cada individuo, es ahí donde debemos buscar, para poder resolver con conciencia e información”, concluye.

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