Una gran parte de los envases de plástico que vemos en las supermercados y grandes almacenes se puede reciclar, aunque no siempre lo hacemos ni es sencillo. Pero ¿qué pasa con el envoltorio de plástico fina que envuelve las cuñas de queso manchego?
Ese tipo de plástico es más difícil de reciclar y podría incluso impregnar de sustancias químicas los alimentos. Y no menos importante, no evita el deterioro de los alimentos.
Investigadores del Departamento de agricultura de Estados Unidos han descubierto que una proteína de la leche, llamada caseína, puede utilizarse para desarrollar un fino embalaje para comestibles, y es biodegradable. Este fino envoltorio comestible mantiene en mejores condiciones los alimentos, hasta 500 veces mejor según los investigadores. También es más eficaz que los actuales envases comestibles de almidón y además protege los productos alimenticios que son sensibles a la luz.
Este nuevo material se disuelve en agua, sin contaminarla con productos tóxicos.
Los investigadores del USDA están en el inicio de un proceso de búsqueda de aplicaciones de un producto que tiene el potencial para ser “mucho mejor que el plástico”.
Por bloomberg.com
